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miércoles, 24 de julio de 2013

Quique González, el cantautor rockero de mirada triste y tímida y su DELANTERA MÍTICA


 
 
Quique González, músico de guardia, artista sincero y comprometido con la calidad de su obra, mirada triste heredera de Antonio Vega o Enrique Urquijo.
Quique González. Sentimiento en concierto
  Quique González (Madrid 1973) podría pertenecer a la generación de cantautores que como Ismael Serrano o Javier Álvarez, comenzaron a despuntar en la década de los 90 en un Madrid abarrotado de una nueva ola de músicos concienciados con la realidad del momento y herederos del Bob Dylan de "The Times They Are a-Changin", aunque Quique decide huir de las etiquetas e iniciar un camino propio presentando un trabajo más cercano al Dylan de "Like a Rolling Stone", con la incorporación de sonidos eléctricos herederos del Rock, haciendo girar sus letras en torno a la declaración de intenciones de un de un artista que quiere hacer buenas canciones.
 

Quique González. músico de vocación
 
Quique González, el músico de guardia

Sus primeras incursiones en el mundo de la música, le llevaron a tocar en diversos locales madrileños como El Rincón del Arte Nuevo, donde conoció y compartió escenario con Enrique Urquijo.
Fruto de esa amistad, Quique compuso para el cantante de los Secretos una de las más bellas baladas Pop en español, "Aunque tú no lo sepas", incluida en el segundo álbum de Enrique Urquijo y los Problemas, Desde que no nos vemos (1998).

Pero el punto de inflexión lo marca su amistad con su profesor de guitarra,
Carlos Raya, uno de los mejores guitarristas españoles y colaborador habitual de M-Clan y Fito y los Fitipaldis.

Carlos Raya, produce y colabora como músico en su primer disco, Personal (1998), compuesto por canciones marcadas por sonidos Rock, guitarras eléctricas y unas letras adecuadas al momento que Quique vivía en ese entonces.

Experiencias de un músico peleando por hacerse un hueco, son narradas en temas como "Personal", "Músico de guardia" o "De tanto que lo intenté", mezclados con recuerdos y añoranzas en canciones como "Se nos iba la vida" o "Cuándo éramos reyes" que muestran la rabia y el sentimiento de un artista que abandona la adolescencia, sin tener un destino claro que alcanzar.

Quique González, la madurez de un artista

A pesar de la calidad de su primer álbum, la escasa promoción del mismo y las bajas ventas, hacen que se rescinda su contrato con la discográfica Polygram.

Pero el músico siguió componiendo y gracias al apoyo de Carlos Raya, graba nuevo material en la casa del guitarrista, presentándolo a su antigua discográfica que decide volver a contar con él.

En 2001 se edita su segundo álbum, Salitre 48, compuesto por 16 canciones, prácticamente sin arreglos, donde comienza a verse la evolución en el sonido y las letras.


 
La madurez del músico y sus referencias literarias a poetas como Bukowski o Luís García Montero, son patentes en sus canciones, que en un formato más acústico nos acercan al universo de un artista tímido pero con mucho que decir.

En 2002 aparece su tercer álbum, Pájaros Mojados, que sigue la evolución de su sonido, incorporando secciones de viento, dando mayor protagonismo al piano y acercándose al Soul y al Jazz.

Quique, sobre el escenario, defiende sus canciones y se aleja del sonido y los temas de Personal, pues su madurez como músico le lleva a explorar otras sendas.



Quique González, el compromiso con la música

 
Quique González, el músico comprometido
Si algo caracteriza a Quique González es su necesidad de libertad a la hora de componer lo que le ha llevado a tener problemas con las discográficas.

Así en 2003 pide la carta de libertad a Universal Music y con el título de Peleando a la contra inicia una serie de conciertos en solitario, desnudos e intimistas, acompañado por su guitarra su armónica y su piano, reivindicando al músico artesanal y auténtico, frente a la fiebre comercial que por aquél entonces había desatado el fenómeno de Operación Triunfo, que trataba a la música como un objeto de consumo separado de su verdadero valor artístico.

Los conciertos dan lugar a la creación de un sello discográfico propio, Varsovia!!!, con el que edita su álbum, Kamikazes enamorados, que recoge el espíritu de la gira con canciones con escasa instrumentación, letras melancólicas y un ambiente íntimo que, como expresa el propio músico, "Quería hacer un disco lo más puro y hondo posible, hacer algo casi de raíz, orgánico, que sonara la madera del violín, la respiración, las palabras”.


En 2005 aparece La noche americana, un disco donde vuelve a retomar el sonido eléctrico del principio de su carrera pero con una concepción más madura, viéndose su gusto por artistas como
Ryan Adams o Neil young.


El reconocimiento de Quique González por el mundo de la música


En 2006, cansado según sus propias palabras, de realizar labores ajenas a la música a que le obligaba el hecho de tener una compañía como Varsovia!!!, hace que vuelva a fichar con una discográfica, en este caso, Dro Atlantic.

El primer álbum editado con la nueva compañía es un disco en directo, Ajuste de Cuentas que repasa su carrera y en la que colaboran grandes nombres del mundo de la música como Enrique Bunbury, Iván Ferreiro, Jorge Drexler o
Miguel Ríos.

A partir de este álbum, Quique comienza a ser un referente y una figura respetada y reconocida de la música en castellano, ejerciendo su influencia incluso en países latinoamericanos donde sus seguidores se cuentan por millares.

En 2007 publica con Warner, Avería y Redención #7, que recibe elogios de la Revista Rolling Stone que lo considera el mejor álbum del año y que eleva al músico a la categoría de mito, permitiéndose el lujo de abrir uno de los conciertos que Bob Dylan dio en Jaén.

Su penúltimo trabajo, Daiquiri Blues aparecido en 2010, es un disco autofinanciado por el artista que volvió a romper con su compañía discográfica.

El álbum fue grabado en Nashville y continúa en la senda de un Rock clásico al estilo de Jonnhy Cash, sin perder su vena intimista, que ya es un sello propio del autor.

La consagracción de Quique González como músico llega de la mano de Delantera Mítica
 
En 2013, Quique vuelve a recurrir al productor Brad Jones y a los estudios "Alex the Great" en Nashville, para alumbrar el que es su último trabajo, Delantera Mítica, un álbum en el que destaca una cuidada producción y un sonido casi perfecto.
 
Quique González vuelve a sorprender con un disco en el que conjugan temas de contenido social a los que el cantautor no es ajeno, como "donde está el dinero" en el que la rabia se manifiesta en acordes duros de guitarra, con baladas delicadas y tristes como "Dallas-Memphis".
 
El primer single publicado de Delantera Mítica, "Tenía que decírtelo", adelanta cuál es el sonido buscado por el artista, ya que mezcla ciertos toque country americanos con su propio e inevitable estilo.
 

Sin duda
Quique González, es uno de los máximos referentes de la música de calidad en castellano, que prefiere perder público y éxitos, antes que renunciar a su integridad y a componer grandes canciones.

 

 

 

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